Queda muy poco para que termine el 2011, para mí ha sido un año con buenos y malos momentos, como todos pero en el último mes un sueño se hizo realidad.Mi abuelo siempre me dijo que merece la pena luchar sea cual sea el resultado pero si es bueno mucho mejor. Desde hace tiempo no puedo escuchar esas palabras con su voz pero día tras día las recuerdo a ellas y a él.
Llevaba siete años siguiendo a un chico bajito, de Talavera de la Reina, y cuya mascota era un diablillo rojo. En cada GP los nervios se apoderaban de mí y era incapaz de mirar otra moto que no fuera la suya. Buscaba como loca el número 19. Mi abuelo veía conmigo las carreras pero en vez de mirar a la tele me miraba a mí, miraba mi sonrisa y me abrazaba cuando Álvaro ganaba y cuando había una caída o una lesión me abrazaba aún más fuerte. Le eché mucho en falta al principio de esta temporada cuando la lesión de Álvaro nos dejó helados a todos sus seguidores, necesitaba su abrazo. Él siempre me decía que esperara con paciencia, que pronto llegaría el día en el que lo pudiera abrazar y decirle lo mucho que me gustaba su pilotaje y su manera de ser fuera de la pista. Por diferentes razones, la posibilidad de ir a los GPs de España siempre quedaba descartada y la única manera de conocer a Álvaro era acudir a la Cena de Navidad del Fan’s Club. Hasta el último día de su vida mi abuelo siguió diciéndome que fuera paciente, que el momento de cumplir mi sueño llegaría. Y al fin llegó. El 10 de diciembre de 2011 cumplí mi sueño de conocer en persona a Álvaro Bautista y aunque mi abuelo no estaba aquí para contárselo y ver mi cara de felicidad yo se que allá donde esté me vio, feliz, muy feliz.
Me hubiese encantado contarle esta historia, que para mí es muy importante y bonita a Álvaro pero no hubiese podido hacerlo sin llorar de la manera en la que estoy llorando ahora mismo.
El día 10 de diciembre fue un día lleno de alegría y risas gracias a personas a las que no había visto nunca y con muchas ni siquiera había hablado pero hicieron que esa noche fuera inolvidable.
Llevaba siete años siguiendo a un chico bajito, de Talavera de la Reina, y cuya mascota era un diablillo rojo. En cada GP los nervios se apoderaban de mí y era incapaz de mirar otra moto que no fuera la suya. Buscaba como loca el número 19. Mi abuelo veía conmigo las carreras pero en vez de mirar a la tele me miraba a mí, miraba mi sonrisa y me abrazaba cuando Álvaro ganaba y cuando había una caída o una lesión me abrazaba aún más fuerte. Le eché mucho en falta al principio de esta temporada cuando la lesión de Álvaro nos dejó helados a todos sus seguidores, necesitaba su abrazo. Él siempre me decía que esperara con paciencia, que pronto llegaría el día en el que lo pudiera abrazar y decirle lo mucho que me gustaba su pilotaje y su manera de ser fuera de la pista. Por diferentes razones, la posibilidad de ir a los GPs de España siempre quedaba descartada y la única manera de conocer a Álvaro era acudir a la Cena de Navidad del Fan’s Club. Hasta el último día de su vida mi abuelo siguió diciéndome que fuera paciente, que el momento de cumplir mi sueño llegaría. Y al fin llegó. El 10 de diciembre de 2011 cumplí mi sueño de conocer en persona a Álvaro Bautista y aunque mi abuelo no estaba aquí para contárselo y ver mi cara de felicidad yo se que allá donde esté me vio, feliz, muy feliz.
Me hubiese encantado contarle esta historia, que para mí es muy importante y bonita a Álvaro pero no hubiese podido hacerlo sin llorar de la manera en la que estoy llorando ahora mismo.
El día 10 de diciembre fue un día lleno de alegría y risas gracias a personas a las que no había visto nunca y con muchas ni siquiera había hablado pero hicieron que esa noche fuera inolvidable.
La primera persona a la que le tengo que agradecer ese fin de semana completo es Lara. Gracias a ti pasé unos días geniales, no sabíamos dónde ir, ni qué hacer pero daba igual el caso era dar vueltas y tener paranoias constantemente =) Me lo pasé como una niña pequeña desde que nos encontramos en la estación de Madrid hasta que dos días después nos despedíamos en la misma estación. Ya tenemos planes para el año 2012 y seguro que será mejor que 2011 pero ni tú ni yo podremos olvidar ese día porque no hacía falta más que ver nuestras sonrisas de oreja a oreja. GRACIAS LARA.
Más personas a las que agradecer, a todos y cada uno de los miembros del Fan’s Club por estar pendientes de nosotras, de que no nos perdiéramos por los bares, de que tuviéramos las fotos que quisiéramos… Por todos los detalles que tuvisteis con nosotras, GRACIAS DE CORAZÓN A TODOS.
Gracias a Mela Chércoles y a Borja González por hacernos pasar tan buen rato. Hablando de cubatas y de sueños por cumplir =) Sois muy grandes, de verdad. GRACIAS CRACKS
Y por último gracias a ÁLVARO BAUTISTA ARCE, lo pongo en mayúsculas porque es un tío en mayúsculas. La gente que lo había conocido me decía que era muy majo que siempre tenía una sonrisa para todo el mundo y ese día me lo demostró. Desde el momento en el que le di el regalo que le había hecho con todo mi cariño hasta cuando nos despedimos en la churrería porque nos echaban del hotel en dos horas jaja. Esa foto contigo y tu firma en tu libro son las pruebas de que cumplí mi sueño. Me demostraste que eres mucho más grande de lo que yo pensaba y la cuándo la gente me pregunta cómo eres yo siempre les digo lo mismo, un chico de 27 años normal y corriente, divertido y simpático como el que más. Muchas gracias por ser como eres y por comportarte así con la gente. Como ya lo hablamos ese día, el hecho de viajar desde Burgos a la aventura y sin haber estado nunca en Talavera compensa totalmente con pasar el buen rato que pasé y por eso nos veremos de nuevo en la cena 2012. GRACIAS ÁLVARO, GRACIAS.
El año que viene volveré con Lara y con más gente, como prometimos, para volver a pasar una gran noche junto a todos vosotros =)
Y aquí termina mi última entrada del año en este humilde blog, no sin antes dar las gracias a la persona que me animó a luchar por conseguir mi sueño. Para mí es muy duro no poder abrazarte y enseñarte las fotos que me hice esa noche, pero sé que desde algún lugar me escuchas y me ves sonreír y también llorar de alegría. GRACIAS ABUELO, TE QUIERO.
